miércoles, 6 de marzo de 2013

Una Bujarda



La mañana del 24 de febrero le propuse a mi padre y a mi tío ir andando hasta Valverde en busca de bujardas ya que tengo que describirlas.
Al llegar a la primera que vimos en buenas condiciones, me fijé que estaba situada en terreno elevado.
Está construida de piedra con adobe sin juntas, estaba de un lado un poco derrumbada. Su entrada y su ventana eran muy pequeñas y estaban tapadas con matorrales que también rodeaban este chozo.
No se encuentra en muy mal estado, tiene una falsa cúpula hecha de ladrillo. La mayoría de éstas suelen hacerse de piedra.         
Servían para el pastoreo aunque también sirvieron como viviendas de algunas familias antiguamente. Tienen los principales elementos, un hueco para dejar la comida, ventanas… y fuera como un pequeño banco adosado para que el pastor se pudiera sentar mientras vigilaba al ganado.

La primera bujarda que visité

Al terminar de visualizar ésta, fuimos en busca y encontramos otra un poco más diferente.
Ya no era la típica hecha con piedras, ni pequeñas entradas y ventanas, era un tanto más moderna, parecía estar reformada.
Aunque no estaba muy bien que digamos, estaba parcheada de cemento aunque la falsa cúpula seguía siendo de ladrillos. Sobresalía hacia arriba una chimenea también un poco retocada, contenía una entrada más grande y alta con una puerta de madera, pude entrar en ella y noté que era mucho más amplia que la anterior.
Los chozos o bujardas son una pervivencia de la cultura castreña. Los pastores los usaban para protegerse y pernoctar en sus largas marchas de trastear con el ganado de un lado a otro. Estos fósiles vivientes de piedra es necesario protegerlos.

Yo en la segunda bujarda 
Parte trasera de la bujarda