La mañana del 24 de febrero le propuse a mi padre y a mi tío ir
andando hasta Valverde en busca de bujardas ya que tengo que describirlas.
Al llegar a la primera que vimos en buenas condiciones, me fijé que
estaba situada en terreno elevado.
Está construida de piedra con adobe sin juntas, estaba de un lado
un poco derrumbada. Su entrada y su ventana eran muy pequeñas y estaban tapadas
con matorrales que también rodeaban este chozo.
No se encuentra en muy mal estado, tiene una falsa cúpula hecha de ladrillo. La mayoría de éstas suelen
hacerse de piedra.
Servían para el pastoreo aunque también sirvieron como viviendas
de algunas familias antiguamente. Tienen los principales elementos, un hueco
para dejar la comida, ventanas… y fuera como un pequeño banco adosado para que el pastor se pudiera sentar mientras
vigilaba al ganado.
La primera bujarda que visité
Al terminar de visualizar ésta, fuimos en busca y encontramos otra
un poco más diferente.
Ya no era la típica hecha con piedras, ni pequeñas entradas y
ventanas, era un tanto más moderna, parecía estar reformada.
Aunque no estaba muy bien que digamos, estaba parcheada de cemento
aunque la falsa cúpula seguía siendo de ladrillos. Sobresalía hacia arriba una
chimenea también un poco retocada, contenía una entrada más grande y alta con
una puerta de madera, pude entrar en ella y noté que era mucho más amplia que
la anterior.
Los chozos o bujardas son una pervivencia de la cultura castreña.
Los pastores los usaban para protegerse y pernoctar en sus largas marchas de
trastear con el ganado de un lado a otro. Estos fósiles vivientes de piedra es
necesario protegerlos.
Yo en la segunda bujarda
Parte trasera de la bujarda