La alcazaba de Montemolín se encuentra en una
colina de la falda norte de sierra morena.
Fue la última fortaleza extremeña
recuperada por los árabes durante la Reconquista. Tras su ocupación por los cristianos en el siglo XIII, pasó
a pertenecer a la Orden de Santiago dejando a Llerena el papel de ciudad más
importante de la zona.
Se construyó
en el siglo XII, y se reformó a partir del año 1248. Es propiedad del
Ayuntamiento de Montemolín y se encuentra en un estado de ruinas. Se trata de
una obra de origen árabe, construida en tapial y ladrillo, que cuenta con
torres ochavadas.
Su planta es irregular y de proporciones alargadas. La
disposición trata de aprovechar las ventajas de las diferencias topográficas
con respecto al terreno por el que está rodeada. Sus medidas son 114 metros de
longitud, 54 metros de anchura y 33 metros de altura. Sobresalen de su
perímetro torres de diferentes formas y medidas.
En época cristiana, se reconstruyeron las
edificaciones anteriores y se adaptaron a las nuevas necesidades de ese momento
histórico, utilizándose ladrillos y sillares pétreos regulares, para reforzar
las esquinas.
La primera descripción que se conserva es del 1495 y se llevó
a cabo por los Visitadores de la Orden, siendo la última estando en uso en el
año 1550. En estos escasos 55 años, la imagen del interior cambia por completo,
pues se inician obras que lo remodelan en el 1508. En 1550 el proceso de
deterioro, ya se había iniciado y las obras realizadas posteriormente no fueron
capaces de detenerlo.