martes, 12 de febrero de 2013

La torre de Espantaperros



La Torre de Espantaperros, también conocida como Torre de la Atalaya, es una torre albarrana situada junto a la alcazaba de Badajoz. Es de origen almohade y de planta octogonal.
A menudo se le confunde con la torre del Alpéndiz, situada cerca de la puerta del Alpéndiz, cercana a los restos de la iglesia de Santa María de Calatrava. 
Fue construida en 1169, mide unos 30 metros.
La mayor parte de la torre es maciza, salvo sus dos plantas superiores que constituyen dos cámaras anulares abovedadas.
Las torres poligonales no son infrecuentes en la arquitectura almohade andalusí. 
 En origen estaba rematada por una pequeña construcción cuadrada decorada con arcos entrecruzados, al que en la época cristiana se le superpuso el remate de estilo mudéjar que ahora puede verse. Este remate mudéjar tenía como fin alojar una campana que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz y que fue desmontada a finales del siglo pasado. 
Esta torre es uno de los más notorios monumentos almohades de la Península Ibérica, del siglo XII.
Recibe el nombre de Espantaperros porque antiguamente cuando abrían las puertas de la muralla de Badajoz, sonaba una campana que hacía ladrar a los perros y los espantaba.
En el verano de 1920 el estado de ruina era preocupante. Un par de años después parte de la torre se desplomó cayendo al interior de una de las viviendas que tenía adosadas. El alcalde, a instancias del arquitecto municipal, exigió a la Comisión de Monumentos que se pronunciara: se restauraba la torre o se demolía. Actualmente, esta en un buen estado de conservación.
La torre de Espantaperros sirvió como ejemplo para media siglo después construir la Torre de Oro en Sevilla.